lunes, 17 de enero de 2022

Un café con ... Lola Mascarell

Si hace un par de años compartimos un vaso de agua con Lola Mascarell con ocasión de la publicación de su último poemario (Podemos leer dicha entrevista clicando en este enlace), hoy compartimos de nuevo este café, en este caso de la infancia, con la autora de “Nosotras ya no estaremos”, publicado por Tusquets editores. Después de un paseo imaginario por la Pirámide Musical compartiendo comentarios sobre libros y discos, nos imaginamos sentados en una cafetería de sus alrededores, compartiendo un café caliente en una fría tarde de otoño, en el que mojamos tímidamente la magdalena de Proust, mientras un sol anaranjado se va escondiendo en el ocaso. ¿O estamos en Zumolandia? ¿O en Hawaika? ¿O en la Quatre vents? No lo sé, ya que la Pirámide Musical es ahora el recuerdo de una adolescencia vivida. Solamente sabemos que hemos tenido el privilegio de poder acceder a tan importante escritora quien, muy amablemente nos ha atendido.

Lola Mascarell  es periodista y profesora de Lengua Castellana y Literatura. Desde el año 2008 y hasta 2012 dirigió el Taller de Narrativa de la Universidad Politécnica de Valencia. Es autora de los libros de poemas Mecánica del prodigio (2010), Mientras la luz (2013, Premio Internacional de Poesía Emilio Prados y Premio Alcalá de Poesía) y Un vaso de agua (2018). Muchos de sus poemas han sido recogidos en diversas revistas y antologías. También ha publicado artículos críticos en distintos medios de comunicación, así como en suplementos literarios y en su propio blog, Registro de ayeres.

La protagonista de esta historia siente que le arrancan un trozo de su vida cuando descubre que han puesto a la venta la casa donde pasó buena parte de su niñez. Rápidamente aparece un comprador, y ella, en un intento desesperado por no perderla, decide pedir un préstamo para poder adquirirla. Pasan los días y también las negativas de los bancos, y el inversor se impacienta cuando ella trata de urdir disparatadas formas de paralizar la venta. Mientras espera una respuesta a la última solicitud de crédito, se instala en la casa para disfrutar de lo que pueden ser sus últimos días allí, y recuerda los momentos felices que vivió en ese lugar: las bromas de su padre, las primeras pandillas de amigas, ese léxico familiar que establece códigos comunes entre padres e hijos, las anécdotas que se relatan una y otra vez en las comidas familiares… El descubrimiento del mundo y el paso de la infancia a la adolescencia, narrado con una voz luminosa y fresca, alterna con la trama adulta mientras va revelándose poco a poco un inesperado secreto familiar.

Escriure per a ningú: Tras leer tu magnífico libro, lo primero que se me ocurre preguntarte es: ¿Es autobiográfico? ¿Hasta qué punto? ¿Dónde está el límite entre la realidad y la ficción?

Lola Mascarell: Toda obra de ficción es necesariamente autobiográfica, porque es en nuestra vida, en nuestro recuerdo donde viven los personajes, los olores, las anécdotas, los cielos que aparecen en las novelas. En el caso de esta, hay una dosis autobiográfica evidente en toda la parte que se refiere a los recuerdos de la niña y de la adolescente (aunque a saber cuánto se ha inventado la memoria en el proceso de fijarse) y una parte de ficción que coincide con la parte más policíaca y novelesca.

Escriure per a ningú: Qué recuerdo de tu infancia guardas con más cariño? ¿Y cual con menos?

Lola Mascarell: Todos los recuerdos los guardo con cariño. Si nos ceñimos a los que aparecen en la novela, quizás guardo con menos cariño aquellos episodios en los que se critica a la niña por su falta de habilidad para algo, o los otros en los que sus amigos se ríen de ella. Con cariño, por decir algo, destacaría todos aquellos en los que aparece mi abuela, que es a quien va dedicada la novela y quien no ha podido leerla, aunque le hubiera encantado.

Escriure per a ningú: ¿Repetirías la misma infancia vivida?

Lola Mascarell: Totalmente. Aunque quizás si le preguntases a la niña no te diría lo mismo. El presente es siempre una etapa difícil y crítica en la que es mejor no preguntar ese tipo de cosas. A toro pasado la respuesta cambia, porque lo vivido se dulcifica con el velo de lo recordado y de la nostalgia. Repetiría cada escena, incluso esas a las que no les tengo tanto cariño.

Escriure per a ningú: Curiosamente, cuando te nombras a ti misma en la novela, hablas en primera persona. Pero cuando invocas a la niña que fuiste, lo haces nombrándola como “la niña” y en tercera persona ¿Qué queda en tí de la niña que fuiste?

Lola Mascarell: Yo procuro que queden muchas cosas. Mantener al niño despierto es la garantía de seguir viviendo con curiosidad y aprendizaje. Creo que la niña está muy despierta en mí y fruto de ese desvelamiento es esta novela, aunque hable de ella en tercera persona situándola un poco más lejos.

Escriure per a ningú: La luz está siempre presente en tu obra literaria. Tienes un extraordinario libro de poemas que se titula “Mientras la luz”. En “Nosotras ya no estaremos”, la niña se fija en la luz que entra por la ventana, con las diferentes tonalidades. ¿Cuánto es de importante para ti la luz?

Lola Mascarell: Fundamental. Era uno de los primeros temas del libro cuando aún no sabía de qué quería hablar o qué iba a contar. La mayoría de los recuerdos aparecen también asociados a la luz. De una determinada iluminación se pueden sacar muchos datos y es fácil tirar de un recuerdo si se percibe una luz parecida.

Escriure per a ningú: A lo largo de tu novela nombras a una serie de escritores: Fernando Pessoa, César Simón, Edgar Allan Poe… ¿Qué autores han influido en ti?

Lola Mascarell: Pues todos esos que nombro y muchísimos más: Machado, Maupassant, Cortázar. Es una de esas preguntas con las que no terminarías nunca. Eso sí, hay dos autoras que me llevan a escribir esta novela por la influencia de su lectura en la infancia y en la adolescencia. Elena Fortuny y las historias de Celia, y Luisa May Alcot con Mujercitas.

Escriure per a ningú: Si tuvieras la posibilidad de viajar en el tiempo, ¿Qué le dirías a la niña que fuiste?

Lola Mascarell: Que se ría siempre, que siga escribiendo, que sea feliz.

Escriure per a ningú: Y viceversa: ¿Qué te gustaría que te dijese la niña a la mujer que eres actualmente?

Lola Mascarell: No te olvides de reírte, de escribir siempre, de ser feliz.

Escriure per a ningú: La portada de tu novela la preside una fotografía donde posan cinco personas disfrazadas de indios y de vaqueros en tre los que destaca una niña con cara de pocos amigos. ¿Se trata de una fotografía familiar tuya?

Lola Mascarell: Sí, es una foto que nos hicimos en el Mini Hollywood de Almería. Nos dieron los disfraces y nos hicieron varias fotografías. La niña está enfadada, probablemente porque el disfraz de sus hermanos es mucho mejor. El suyo, además de feo, tiene una mancha blanca en el centro. O quizás pone esa cara porque le han dicho que los indios son malos. Escribir, hacer literatura, es contemplar todas esas variables.

Escriure per a ningú: Tras leer tu novela “Nosotras ya no estaremos”, podemos llegar a la conclusión de que cualquier tiempo pasado fue mejor?

Lola Mascarell: No creo. Quizás sí a que cualquier tiempo pasado nos vuelve a la memoria envuelto en una luz distinta y mágica que lo convierte en algo valioso. Pero en términos cualitativos no sabría decirte.

martes, 11 de enero de 2022

49

El carro de Febo, una volta més li ha donat una nova volta al sol. I ja en van quaranta-nou. Quaranta-nou paraules. Quaranta-nou somriures. Quaranta-nou pensaments. Si l'edat de les persones fora equivalent a les estacions meteorològiques, ara mateix estaria en ple mes d'agost, quan els dies són bons, però ja comença a notar-se en la llunyania, que mamprén a acurtar una miqueta el dia quan arriben les nou de la vesprada. A punt de xafar el llindar dels cinquanta, després d'haver viscut una infància feliç, una entretinguda adolescència i una joventut idíl·lica, arribe a eixa etapa de la vida en la qual una volta ja no estan entre nosaltres els dos pilars de referència en la vida d'un, com són els pares, un ha de prendre decisions importants que fins fa quatre dies, eren altres els que les prenien per un mateix. Comença aquella etapa de la vida que podríem denominar de plenitud, en la que, des de la talaia dels no massa anys que s'han viscut, un mamprén a vore les circumstàncies de la vida amb una certa serenor i una certera calma, abans de parlar, d'actuar o de fer, sense l'exaltació que la joventut primerenca porta sempre darrere seu. És el moment en el qual un descobreix la dolça aspror al paladar d'una copa de vi en un capvespre apetible al costat de Carmen, en la tranquil·litat d'una vesprada de dissabte en companyia d'una pel·lícula mediocre -com més mediocre, millor-, un bon llibre -com més bo, millor-, assegut al sofà de casa. Arriba el moment en què un observa com les noves generacions van escalant aquells somnis que jo mateix escalava quan tenia la seua edat, dels quals alguns vaig aconseguir i alguns altres es varen quedar al marge del camí, en alguna revolta més o menys llunyana. El mateix pas del temps és el que deixa enrere versos com Soy llena de gozo, de Gioconda Belli i li dóna raó de ser a poemes com No volveré a ser joven, de Jaume Gil de Biedma, o la Sonata de Isabel, de Vicent Andrés Estellés. Però continuen tenint plena vigència la saó de poemes com Hija de la mar, de Vicente Aleixandre, o Colligo virgo rosas, de Francisco Brines. És temps en el que un goja del sediment de l'experiència d'autèntics himnes personals, com el Cadillac Solitario de Loquillo y los Trogloditas, o el Sunday, bloody sunday, de U2, però també beu de l'aigua fresca de cançons com Mi religión de Nil Moliner, o Mon amour, de Zzoilo i Aitana. Només demane a Déu continuar tenint la curiositat d'un xiquet, suficient per a continuar descobrint les circumstàncies noves que la vida m'oferisca, la creativitat d'un jove, necessària per a escriure allò que les inspirades musses em xiuxiuegen a l'oïda i, sobretot, que cada dia nou que comence de bon matí, continue tenint la il·lusió motivadora per a mamprendre tot allò que tinc previst dur a terme al llarg del dia nou que comença.