jueves, 16 de agosto de 2018

Dieciocho años después...



En el año dos mil uno, se llevó a cabo la refundación de la Cofradía en honor al Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer. Ésta, no consistió en la creación de una institución festiva más en nuestro municipio, sino que fue, además, una reorganización que supuso una transformación integral de una estructura festiva local consistente en pasar de ser una clavaría que se encargaba de la organización y sufragio de todos los eventos festivos relacionados con las fiestas en honor al Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer, a una estructuración de la fiesta local, organizada y dirigida por una Comisión de Fiestas, institución de carácter municipal que engloba a todos los estamentos así como todas las sensibilidades festivas de nuestro municipio, entre las que se encuentra la Real Cofradía en honor al Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer.


Dieciocho años después de la refundación de la Cofradía, cuando ésta cumple su mayoría de edad, con la vista puesta en el pasado, pero con la mirada atisbando el futuro, entrevistamos a una de las personas que hizo posible que esta refundación fuera una realidad. Se trata de Ramón Martínez Andreu, Ramón “el de Campana”, conocido por todos y del cual apenas hace falta presentación.

Has sido empresario del mundo del curtido, de la construcción, persona emprendedora y dinámica. Con apenas 17 años, ya instalas tu propia empresa en compañía de tu hermano y de tu tío Vicente Andreu ¿Cómo fueron tus inicios?

Como podrás suponer, muy difíciles, pero con muchísima ilusión y esfuerzo.

Eres una persona inquieta y emprendedora, desinteresada y generosa. Has Trabajado en Paterna, en Mislata, en el Campo de Gibraltar, en Alboraya así como en diversos países de América y del Este de Europa. Has ostentado cargos importantes, como vocal nacional del Sindicato de la Piel, vocal de la 1ª Junta Directiva del Polígono Industrial Fuente del Jarro, participante en la 1ª Asociación Empresarial Española, así como vocal y luego Presidente de la 1ª Asociación Regional de Curtidores y vocal del Consejo Español de Curtidores. Has participado en la construcción de la parroquia de Santa Rita, cooperando con D. Enrique Arnal en las tareas de obtención de ingresos económicos, has sido integrante de la Junta Económica de la Parroquia de S. Pedro, desarrollando diferentes proyectos como en la adquisición y completa remodelación del Centro Parroquial. También en la organización de homenajes a D. Bartolomé González por sus 50 años de sacerdocio, así como a D. Bernardo Aparisi en sus 25 años de estancia en Paterna. Cofundador de la comparsa mora Alhama ¿Qué te ha faltado por hacer? ¿Alguna vez has dicho no a algún tipo de colaboración?

Por cariño a mi pueblo, nunca me he me negado a cuanto se me ha pedido. Con lo hecho, creo que he cumplido con todas mis expectativas e ilusiones como paternero.

También has sido clavario en los años 1972, 1986, 1992, 1994 y 2000. Y clavario mayor el año 1983 ¿Qué recuerdos guardas de aquellos años?

Con todos estas clavarías me sentí muy integrado; tuve la ocasión de hacer nuevos amigos, colaborando con los clavarios mayores. Respecto al año 1983, que fui clavario mayor, fue una experiencia inolvidable, en la que me sentí muy arropado con los noventa y dos clavarios-amigos que la integramos.

Y llegan los años 90 del siglo pasado. Cada vez es más difícil encontrar un clavario mayor que reúna las expectativas que el municipio necesita. El último clavario mayor fue D. Francisco Morera Fos, en el año 1999. El año 2000 se creó una clavaría un tanto sui generis, puesto que reunió a todos los clavarios mayores vivos así como a los hijos de los fallecidos y, entre todos éllos, fue elegido como clavario mayor D. Vicente Manuel Blat Ribelles. Se celebró el 75 aniversario de la coronación del Stmo. Cristo de la Fe. ¿Cómo recuerdas esa incertidumbre de no tener, después de haber celebrado por todo lo grande la coronación del Cristo, un clavario mayor preparado para el relevo en el año 2001?

Por todos es sabido que fue una situación muy difícil y preocupante, especialmente para D. Bernardo.

Llega el otoño de 2000. El Cristo de la Fe es expuesto en el Altar Mayor de la Iglesia de San Pedro Apóstol durante todo el año, a la espera de un clavario mayor que se hiciera cargo de la fiesta. ¿Realmente no había nadie que quisiera hacerse cargo de las fiestas del año 2001?

A decir verdad, ante esta situación el Alcalde, mi amigo Paco Borruey fue a hablar con D. Bernardo en octubre y se ofreció a llevarse el Cristo al Ayuntamiento y también hubo un ofrecimiento por parte de Intercomparsas.

La preocupación ante unas fiestas recién iniciado el nuevo milenio sin clavaría que las celebrara era patente. ¿Cómo se gesta la creación de una Cofradía? ¿Quien piensa en ti para desempeñar el cargo de presidente de la recién nacida Cofradía?

D. Bernardo vino a casa, de visita, una tarde de Noviembre. Aunque solía venir muchas veces, cuando le abrí la puerta, ya tuve la corazonada de a qué venía. Después de una larga conversación, estando mi esposa presente, aceptamos el ofrecimiento.

Al final, el 6 de febrero de 2001 se constituye la Cofradía en honor del Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer y se te nombra presidente de la misma. En ese momento eras consciente de la gran responsabilidad que ante nuestra historia local estabas teniendo?

La inconsciencia te da valor. Pero sí, era consciente de lo que estaba haciendo y del trabajo que suponía el cargo.

A partir de esa fecha, comienza a caminar, como una entidad festiva nueva más, que recoge la parcela religiosa de la tradición de las fiestas mayores de Paterna. Se lleva a cabo la redacción de los estatutos de la Cofradía, se celebra la Asamblea General Ordinaria de ratificación de la Junta Directiva provisional nombrada, se erige en Asociación Pública de Fieles de acuerdo con lo establecido por el Derecho Canónico, se inscribe en el Registro General de Asociaciones, tanto de la Generalitat Valenciana como del Ayuntamiento de Paterna, pasa a ser miembro de pleno derecho en la recién creada Comisión de Fiestas… ¿No había temor a que por parte del pueblo de Paterna o algún sector social hubiese querido excluir a la Cofradía de la actividad festiva?

Ante la situación que describes, yo creo que, en general, fue muy bien aceptada la Cofradía. Y si lo hubo, el tiempo matizó esta situación.

Constituida la Cofradía en el mes de febrero, comienzan inmediatamente los preparativos de los actos de Semana Santa. ¿Qué recuerdos guardas de aquellos actos de Semana Santa de 2001?

Preocupados por la inmediatez: Teníamos tres meses para organizarla. El Cristo nos ayudó muchísimo. Ya habíamos alcanzado la cifra de más de cuatrocientos cofrades. Todo salió bien y los paterneros se volcaron con la Cofradía.

El día 15 de junio de 2001, se celebró la Asamblea General Ordinaria en el Salón Parroquial, en la que se ratificó a la Junta Directiva Provisional creada tras la lectura del documento fundacional. ¿En algún momento pensaste que los propios integrantes de la recién inaugurada Cofradía pudieran dar la espalda a esta nueva organización de la fiesta y que se quisiera continuar manteniendo la clavaría, pensando que pudiera desaparecer el antiguo espíritu de devoción por el Cristo de la Fe?

La primera Junta nombrada se volcó trabajando bien y con mucha ilusión y, por supuesto, no se detectó en ningún momento ningún movimiento en contra de la Cofradía. Al revés, los cofrades se volcaron con su ayuda. Se incrementaba día a día el número de cofrades. La devoción al Cristo, por el contrario, fue en aumento, porque se llevaron a cabo cambios que incrementaban la asistencia a los actos religiosos.

Cuando aceptaste el cargo de presidente, qué fue lo primero que hiciste?

Tenía que informarme del sentir de los demás sacerdotes de todas las parroquias de Paterna, si mi cargo era aprobado y aceptado por los mismos. Como consecuencia, celebramos una cena con D. Bernardo Aparisi, D. Francisco Mercader y D. Enrique Liern. Durante la misma, se habló de muchas cosas. Pero yo propuse que la fiesta del Cristo fuera interparroquial, manteniendo la sede y el consiliariato en la Parroquia de San Pedro Apóstol. Que los tres triduos fueran populares y participativos. Y que el Cristo de la Fe y S. Vicente Ferrer salieran del camarín todos los años para presidir y darle la máxima solemnidad a la Procesión y así, durante todos los años sucesivos.

El día 28 de Julio de 2001 se celebró en la parroquia de S. Pedro Apóstol la imposición de medallas a todos los cofrades. El 27 de agosto de 2001 fue el día del Santísimo Cristo de la Fe. ¿Qué recuerdos guardas de aquellos días?

Todos los actos religiosos fueron muy concurridos y se siguieron con mucha devoción, pero el recuerdo de sacar al Cristo de su camerino y presidir la procesión es un recuerdo que nunca olvidaré. Fue muy emotivo.

Transcurrido aquel primer ejercicio festivo, ¿Qué balance harías del mismo?

El balance fue muy positivo. La gente se sintió muy integrada y participativa en todos los actos, especialmente en los días de triduo y en la Procesión.

En marzo de 2003, D. Bernardo Aparisi, consiliario de la Real Cofradía e impulsor de la misma, dejaba la Parroquia de San Pedro Apóstol, tras 27 años de servicio y fue sustituido por D. José Luís Llopis. ¿No se tenía la inquietud de que este relevo, tanto de carácter institucional como también generacional hubiera supuesto echar al traste la labor hecha en esos tres primeros años?

Con la marcha de D. Bernardo, me sentí como un poco huérfano: fueron veintisiete años de muchos recuerdos y mucho cariño. Con la llegada de D. José Luís Llopis, la Cofradía no tuvo ningún problema: siempre estuvo dispuesto a colaborar y cuando se le pedía consejo, siempre lo tuvimos a nuestra disposición con su saber hacer y su trabajo.

En julio de 2006 se celebran elecciones, y abandonas la presidencia de la Cofradía. ¿Por qué no te presentaste a la reelección?

Con dos meses de antelación, ya comuniqué al Consiliario, al Alcalde y a mis compañeros de Junta, que no quería presentarme a las próximas elecciones. Creía que ya había cumplido con mi trabajo y no quería perpetuarme en el cargo, puesto que soy de la opinión que renovarse con unas nuevas elecciones cada cinco años era darle más vitalidad, con la votación de los cofrades y era muy positivo para la Cofradía.

¿Te arrepientes de algo?

Siempre hay motivos para pedir perdón a los compañeros de la Junta y a los Cofrades.

¿De qué te sientes más orgulloso?

Me siento orgulloso de que se pensase en mi persona para este cargo que durante los cinco años que estuve presidiendo la Cofradía fue motivo de satisfacción y haber hecho muchísimos amigos y haber llevado a más de dos mil cuatrocientos paterneros a ser cofrades del Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer.

En dichas elecciones gana la candidatura encabezada por D. Antonio Baviera, presidente que ha sido de la Cofradía durante dos legislaturas. ¿Cómo valoras su gestión a lo largo de los años?

Su gestión fue buena.

El 24 de abril de 2008, el Jefe de la Casa Real, comunicaba oficialmente a la Cofradía del Cristo, en la persona de su presidente, D. Antonio Baviera, la resolución adoptada por S. M. el Rey, de conceder el título de Real a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer, la cual cosa fue motivo de celebración general. Se trataba de una idea que tuvo sus orígenes en la época de tu mandato y que se convirtió en realidad unos años más tarde. ¿Qué significa, en el siglo XXI, que una determinada institución tenga el carácter de Real? ¿En qué le beneficia?

Por supuesto, que aumenta con este título el prestigio de la Cofradía.

En la actualidad el presidente es D. José Barres. El consiliario, D. Juan Antonio Cabanes ¿Qué opinión te merece su gestión?

Estoy convencido, puesto que los conozco muy bien a los dos, que lo harán muy bien, porque ganas de trabajar e ilusión no les falta

Con la mirada puesta en el pasado: Crees que la refundación de la Cofradía ha sido la forma más digna de entregar unas fiestas que cada vez exigían más y que no había apenas paterneros que pudieran hacerle frente y que año tras año iba siendo absorbida cada vez más por el Ayuntamiento o, por el contrario, ha sido una forma inteligente de adaptarse a una sociedad que ya no es la que nuestros antepasados nos legaron?

Por supuesto que con esta idea de refundar la Cofradía, el Cristo debió iluminar a D. Bernardo, porque ha sido la solución durante estos dieciocho años a los problemas que me preguntas. Ha sido lo más acertado. Respecto al Ayuntamiento, solo se le puede dar gracias, porque desde el principio encontramos ayuda y colaboración, perteneciendo a la Comisión de Fiestas. Y todas las Corporaciones Municipales han colaborado y respetado a la Cofradía durante todos estos años. Mi opinión es que ha sido la solución más inteligente para darle continuidad y tranquilidad a las fiestas religiosas.

Y con la vista puesta en el futuro: ¿Cómo ves las fiestas mayores de Paterna dentro de cinco años? ¿Y de veinte? ¿Y de cien?

Con optimismo, ilusión y esfuerzo, aunque hay que ver la forma de aumentar el número de cofrades. ¡Ahí está el esfuerzo de las Juntas venideras!

Transcurridos ya 18 años, siendo la Cofradía una institución ya mayor de edad. ¿Crees que todo el esfuerzo hecho ha valido la pena?

Estoy convencido de que sí.

Desde su relevo al frente de la Real Cofradía en honor al Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer, se apartó de la vida pública local. En la actualidad disfruta de su jubilación, en compañía de su mujer, Isabel, de sus hijas y de sus nietos.

Cuando me puse en contacto con Ramón y le comenté la idea de hacerle una entrevista con ocasión del 18 aniversario de la refundación de la Cofradía, su respuesta fue: “Estic a la teua disposició per a lo que necessites”. Tuvimos un par de encuentros que me sirvieron para recordar aquellos años, en los cuales yo también participé en la Junta Directiva de aquella incipiente Cofradía que renacía de su propia historia local paternera.

Desde estas sencillas letras, queremos agradecer a Ramón y a Maribel su colaboración desinteresada en la elaboración de esta entrevista. Muchas gracias.



Alejandro Llabata Lleonart.