A mon pare, Julio Llabata Sancho, ja en la veritat.
Una procesión
es aquel desfile religioso, mediante el cual se manifiesta externamente la
devoción por un determinado santo y que recorre un determinado itinerario,
previamente establecido. Yo mismo me recuerdo, de pequeño, el día de la
procesión en honor al Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer de no sé qué año, cogido
con una mano, de la mano de mi padre, mientras que con la otra sostenía un
cirio. Y al verme distraído,
mirando cómo la llama iba consumiendo poco a poco la cera del cirio y
cómo iba goteando y pegándose al suelo, mi padre me decía “Ves aspai, no li
pegues foc al trage de l’home d’endavant”. Probablemente, la procesión en
honor al Santísimo Cristo de la Fe
y San Vicente Ferrer de este año la veré con otros ojos, al ya no estar entre
nosotros la persona de mi padre, uno de los primeros que me inculcó la devoción
a nuestro Cristo de la Fe ,
así como transmisor de una serie de costumbres y tradiciones propias de nuestro
pueblo, en forma de rondallas y de refranes autóctonos valencianos.
Se trata de un
acto de culto que, a la vez que tiene un componente litúrgico, también tiene
otro de carácter eminentemente social. Así, el sentimiento que se vive en una
procesión suele estar entremezclado con costumbre y tradición, de forma que esa
religiosidad popular que se vive en dicho acto, va aparejada al recuerdo de los
que nos precedieron, especialmente hacia los que ya no están entre nosotros,
así como con un sentimiento de hermandad con todos aquellos paterneros que
procesionan con nosotros, o que participan del mismo desde la acera
contemplando, e incluso con aquellos que en ese momento no se encuentran en
Paterna por motivos diversos, pero desde el lugar en el que se hallan, en ese
momento tienen un recuerdo para los suyos. Pensando en estas cosas, llega a mi
mano un acta de la Comisión Municipal
Permanente del Ayuntamiento de Paterna de 6 de Julio de 1965. Justo hace ahora
cincuenta años. Y me da pie a escribir un artículo para el libro de las fiestas
en honor al Santísimo Cristo de la
Fe y San Vicente Ferrer. En dicho acta se acuerda que “Se dió lectura al escrito
que presenta la Cofradía
de la Virgen
del Perpetuo Socorro, y cinco más, en la que comunican que previa reunión con
el Sr. Cura Párroco de San Pedro Apóstol, habían acordado refundir en una sola
ambas procesiones que tendría lugar el próximo día 15 de agosto a la vez que
solicitan de esta Alcaldía autorización para seguir el siguiente itinerario:
Calle Maestro Canós, parte izquierda de la Plaza Mayor a enlazar con la
vuelta de las procesiones ordinarias. La Comisión Municipal
Permanente, por unanimidad acuerda acceder a lo solicitado“.
Para entender este acuerdo de
Pleno, debemos tener en cuenta las siguientes circunstancias:
En Paterna
siempre ha existido gran tradición procesionera, especialmente incrementada a
partir de la postguerra. Así, una vez llegaba el buen tiempo, cada domingo se
celebraba una festividad u otra que hacía que hubiera misa mayor, seguida de
procesión por las calles de nuestro pueblo. Y ello era así, de una manera casi
casi ininterrumpida, desde semana Santa, hasta llegado el mes de septiembre. Siguiendo
el calendario litúrgico, la primera procesión que se celebraba era la Procesión de Ramos del
Domingo de Ramos. El Vía Crucis el Viernes Santo a primera hora, Procesión del
Entierro el Viernes Santo por la tarde. Encuentro del Resucitado con la Dolorosa , la mañana del
domingo de Pascua. El día de San Vicente Ferrer, se celebraba el Comulgar de
Impedidos.
A
continuación, ya con el buen tiempo, venía un rosario de festividades
religiosas: El segundo o tercer domingo de mayo se llevaba a cabo la procesión
en honor a la Virgen
de Fátima. El segundo domingo de mayo la procesión en honor a la Virgen de los Desamparados,
el cuarto domingo después de Pascua, la procesión en honor a San José. En
junio, la procesión en honor del Sagrado Corazón de Jesús. El 29 de junio, la
procesión en honor a San Pedro, patrón de Paterna. La procesión en honor del
Perpetuo Socorro, que se celebraba la primera quincena de julio. La procesión
de la Virgen
del Carmen, el último domingo de julio. Y la procesión en honor de la Virgen de la Asunción el quince de agosto.
Todas éstas se celebraban en dichas fechas, a las que habría que añadir
aquéllas que no tenían una fecha concreta, al tratarse de festividades móviles.
Estamos hablando de la festividad y la procesión de la Ascensión , que se
celebraba cuarenta días después del domingo de resurrección. Al caer dicha fiesta
en jueves, no coincidía con ninguna otra procesión. Y también de la solemnidad del
Corpus Christi, que se celebraba el jueves siguiente a la festividad de la Santísima Trinidad ,
si bien en Paterna se conmemoraba no dicho jueves, sino el domingo posterior.
La reciente
construcción del polígono Industrial “La fuente del Jarro”, hizo que la
población de nuestro municipio se incrementase considerablemente. En 1955,
nuestro municipio contaba con 12.242 habitantes. En 1960 con 16.314. En 1970,
con 21.965 habitantes. Vemos que en apenas quince o veinte años, llegó incluso
a duplicarse la población. En aquellos años sesenta fue cuando se empezó a
cambiar el medio de transporte habitual, que hasta aquel momento fue el carro y
las caballerías, por el automóvil, más cómodo, y que permitía hacer viajes más
a menudo, más largos y confortables.
La calle Mayor
–entonces calle del general Asensio- era, en aquel momento uno de los ejes del
tráfico rodado de nuestro municipio. No en vano, era la carretera que unía
Paterna con Valencia en un extremo, mientras que por el otro extremo se
comunicaba en una dirección con Manises, mientras que en otra, primer lugar con
la Cañada , y a
continuación con el resto de municipios que se encuentran ubicados hacia el
interior: La Eliana ,
La Pobla de
Vallbona, Llíria… Ya en el año 1962, debido a los problemas que empezaban a
surgir y que acabamos de exponer, en Sesión Plenaria del Ayuntamiento de
Paterna se acordó que a partir del 1 de julio de dicho año, la despedida del
duelo se realizaría frente al edificio de la iglesia Parroquial donde se
hubiera de celebrarse la misa exequial, en lugar de en la calle mayor, a la
altura de la casa de la tía Pepa la Sardinera (donde está actualmente ubicada la
parada del autobús).
En virtud de
todo ello, dado el incremento del tráfico rodado que atravesaba a diario la
calle Mayor, y el perjuicio que se ocasionaba, se estudió la posibilidad de
refundir todas las procesiones de las distintas cofradías, que se celebraban en
las mismas fechas, en una sola, para que el impacto sobre el tráfico de
vehículos fuese menor. Y así, según me informa D. Vicente Cotolí Ibáñez, el día
quince de agosto de 1965, en solemne procesión, desfilaron, por el siguiente
orden de aparición, que fue el de antigüedad, las siguientes imágenes: en
primer lugar, la imagen de la
Virgen de Fátima. En segundo lugar la imagen del Perpetuo
Socorro. En tercer lugar, la imagen de la Virgen del Carmen. En cuarto lugar, la imagen de la Virgen de los Desamparados.
En quinto lugar, la imagen del Sagrado Corazón de Jesús Y en último lugar, la
imagen de la Virgen
de la Asunción ,
cada una de ellas acompañadas de sus respectivas Juntas Directivas, así como de
feligreses de las distintas parroquias de nuestro municipio. El resto de
procesiones, dada la fuerza litúrgica que tenían, como era la del Corpus
Christi o la de San Pedro, patrón de la Villa de Paterna, siguieron celebrándose en la
fecha que les correspondía.
El recorrido de dicha procesión, de acuerdo con lo solicitado y que trazamos en el plano adjunto, fue el siguiente: Salida de
Este tipo de
procesión de carácter comunitario, fue una idea bonita, pero que no terminó de
cuajar por diferentes motivos. Por un lado, por problemas logísticos, ya que no
existían andas suficientes para transportar todas las imágenes. De hecho, hubo
alguna que se prestó por parte de la parroquia hermana de Benimámet, para que
pudieran participar todas las imágenes en dicha procesión con la dignidad que
se requería. Por otro lado, por problemas de organización, ya que las personas
que pertenecían a la directiva de una cofradía, también lo eran de dos o tres
más, de forma que no podían procesionar todas las cofradías con todos los
miembros de sus directivas. Todas estas circunstancias hicieron pues, que se
continuara celebrando de forma ininterrumpida durante dos o tres años, no más,
en que dejaron de desfilar las diversas imágenes y pasó a hacerlo solamente la
imagen de la Virgen
de la Asunción ,
por parte de las clavariesas de agosto, continuando con la tradición de su
fiesta. El resto de procesiones, excepto las de carácter parroquial, dejaron de
llevarse a cabo de la forma en que se habían conocido hasta entonces, pasando a
celebrarse solamente la solemnidad de su fiesta mediante misa mayor.