viernes, 21 de agosto de 2015

Mantenidor

 Segons la història, a l'edat mitjana, el mantenidor era el cavaller que en les justes o tornejos sostenia la lluita contra els que volien combatre. Hui en dia és la persona encarregada de presentar un acte, un certamen, o de mantindre'l amb unes paraules que giren al voltant d'un tema qualsevol, previament determinat. Si es tracta d'uns Jocs Florals, el discurs girarà al voltant de la clàsica trilogia DÉU - PÀTRIA - AMOR. Enguany, la Comissió de festes Majors en honor al Santíssim Crist de la Fe i sant Vicent Ferrer de Paterna, ha acordat que siga jo el mantenidor de la LI edició dels Jocs Florals de la Vila de Paterna. I mentre em prepare unes paraules a pronunciar d'una manera digna al Gran Teatre Antoni Ferrandis de Paterna la nit del vint-i-un d'agost, repase mentalment, una a una, les persones que al llarg de la història, han desenvolupat dit càrrec. Des d'aquell un de setembre de mil nou cents vint-i-un en què es va celebrar la clausura dels I Jocs Florals de la Vila de Paterna, fins a l'actualitat, unes cinquanta persones de gran talla intelectual i humana, han segut les que s'han encarregat de dirigir unes paraules als paterners. No sé si merescudament o no, jo també pasaré a formar part d'eixe olimp de les lletres paterneres que, des de fa quasi cent anys, de forma més o menys successiva en el temps, s'ha anat celebrant, en forma de certamen literari, fins a arribar enguany a la seua LI edició. I en estes paraules d'agraïment no volguera oblidar-me de tots aquells que al llarg dels temps han contribuit a fer que este concurs literari fóra una realitat i, sobretot, que han fet tot el posible per a que continue celebrant-se amb la dignitat que un acte d'estes característiques es mereix. Començant per les Clavaries, que han estat l'autèntic motor d'esta festa de les lletres, continuant amb la penya Biberó que va rescatar-les de l'oblit allà als anys seixanta del segle passat, seguint amb l'Ateneu Cultural, que va continuar en la llavor de col·laborar en l'organització dels Jocs Florals, així com l'Ajuntament de Paterna, que és qui en l'actualitat s'encarrega de la seua organització, no podem oblidar-nos d'aquelles persones que s'han desviscut per a que este concurs literari brillara dins de l'univers literari amb llum propia. No cabrien en este blog el nom de totes i cadascuna d'elles, però si que m'gradaria nomenar a Vicent Cardona Llabata, Vicent Fabado "el Retoret" y a Enrique Guillem Torrella. Ells han segut els qui han dut encesa la flama, any rere any, de la cultura literària dels Jocs Florals al nostre poble. Tampoc podem oblidar els patrocinadors que han sufragat els diversos premis literaris que s'han anat convocant al llarg de tots els temps, sense els quals no hagueren pogut ser realitat els nostres Jocs Florals. Una llavor de mecenatge i d'esforç en quant a la parcela econòmica es tracta, digna de destacar. Després de recordar a tantes i tan importants persones i entitats, he de reconèixer que el pes de la història em constrenyeix. Només li demane al Crist de la Fe que puga estar a l'altura de tantes i tan importants persones que han desenvolupat este càrrec.

viernes, 14 de agosto de 2015

La vuelta a la procesión

A mon pare, Julio Llabata Sancho, ja en la veritat.
 

Una procesión es aquel desfile religioso, mediante el cual se manifiesta externamente la devoción por un determinado santo y que recorre un determinado itinerario, previamente establecido. Yo mismo me recuerdo, de pequeño, el día de la procesión en honor al Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer de no sé qué año, cogido con una mano, de la mano de mi padre, mientras que con la otra sostenía un cirio. Y al verme distraído, mirando cómo la llama iba consumiendo poco a poco la cera del cirio y cómo iba goteando y pegándose al suelo, mi padre me decía “Ves aspai, no li pegues foc al trage de l’home d’endavant”. Probablemente, la procesión en honor al Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer de este año la veré con otros ojos, al ya no estar entre nosotros la persona de mi padre, uno de los primeros que me inculcó la devoción a nuestro Cristo de la Fe, así como transmisor de una serie de costumbres y tradiciones propias de nuestro pueblo, en forma de rondallas y de refranes autóctonos valencianos.

Se trata de un acto de culto que, a la vez que tiene un componente litúrgico, también tiene otro de carácter eminentemente social. Así, el sentimiento que se vive en una procesión suele estar entremezclado con costumbre y tradición, de forma que esa religiosidad popular que se vive en dicho acto, va aparejada al recuerdo de los que nos precedieron, especialmente hacia los que ya no están entre nosotros, así como con un sentimiento de hermandad con todos aquellos paterneros que procesionan con nosotros, o que participan del mismo desde la acera contemplando, e incluso con aquellos que en ese momento no se encuentran en Paterna por motivos diversos, pero desde el lugar en el que se hallan, en ese momento tienen un recuerdo para los suyos. Pensando en estas cosas, llega a mi mano un acta de la Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento de Paterna de 6 de Julio de 1965. Justo hace ahora cincuenta años. Y me da pie a escribir un artículo para el libro de las fiestas en honor al Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer. En dicho acta  se acuerda que “Se dió lectura al escrito que presenta la Cofradía de la Virgen del Perpetuo Socorro, y cinco más, en la que comunican que previa reunión con el Sr. Cura Párroco de San Pedro Apóstol, habían acordado refundir en una sola ambas procesiones que tendría lugar el próximo día 15 de agosto a la vez que solicitan de esta Alcaldía autorización para seguir el siguiente itinerario: Calle Maestro Canós, parte izquierda de la Plaza Mayor a enlazar con la vuelta de las procesiones ordinarias. La Comisión Municipal Permanente, por unanimidad acuerda acceder a lo solicitado“.
 
Para entender este acuerdo de Pleno, debemos tener en cuenta las siguientes circunstancias:

En Paterna siempre ha existido gran tradición procesionera, especialmente incrementada a partir de la postguerra. Así, una vez llegaba el buen tiempo, cada domingo se celebraba una festividad u otra que hacía que hubiera misa mayor, seguida de procesión por las calles de nuestro pueblo. Y ello era así, de una manera casi casi ininterrumpida, desde semana Santa, hasta llegado el mes de septiembre. Siguiendo el calendario litúrgico, la primera procesión que se celebraba era la Procesión de Ramos del Domingo de Ramos. El Vía Crucis el Viernes Santo a primera hora, Procesión del Entierro el Viernes Santo por la tarde. Encuentro del Resucitado con la Dolorosa, la mañana del domingo de Pascua. El día de San Vicente Ferrer, se celebraba el Comulgar de Impedidos.

A continuación, ya con el buen tiempo, venía un rosario de festividades religiosas: El segundo o tercer domingo de mayo se llevaba a cabo la procesión en honor a la Virgen de Fátima. El segundo domingo de mayo la procesión en honor a la Virgen de los Desamparados, el cuarto domingo después de Pascua, la procesión en honor a San José. En junio, la procesión en honor del Sagrado Corazón de Jesús. El 29 de junio, la procesión en honor a San Pedro, patrón de Paterna. La procesión en honor del Perpetuo Socorro, que se celebraba la primera quincena de julio. La procesión de la Virgen del Carmen, el último domingo de julio. Y la procesión en honor de la Virgen de la Asunción el quince de agosto. Todas éstas se celebraban en dichas fechas, a las que habría que añadir aquéllas que no tenían una fecha concreta, al tratarse de festividades móviles. Estamos hablando de la festividad y la procesión de la Ascensión, que se celebraba cuarenta días después del domingo de resurrección. Al caer dicha fiesta en jueves, no coincidía con ninguna otra procesión. Y también de la solemnidad del Corpus Christi, que se celebraba el jueves siguiente a la festividad de la Santísima Trinidad, si bien en Paterna se conmemoraba no dicho jueves, sino el domingo posterior.

La reciente construcción del polígono Industrial “La fuente del Jarro”, hizo que la población de nuestro municipio se incrementase considerablemente. En 1955, nuestro municipio contaba con 12.242 habitantes. En 1960 con 16.314. En 1970, con 21.965 habitantes. Vemos que en apenas quince o veinte años, llegó incluso a duplicarse la población. En aquellos años sesenta fue cuando se empezó a cambiar el medio de transporte habitual, que hasta aquel momento fue el carro y las caballerías, por el automóvil, más cómodo, y que permitía hacer viajes más a menudo, más largos y confortables.

La calle Mayor –entonces calle del general Asensio- era, en aquel momento uno de los ejes del tráfico rodado de nuestro municipio. No en vano, era la carretera que unía Paterna con Valencia en un extremo, mientras que por el otro extremo se comunicaba en una dirección con Manises, mientras que en otra, primer lugar con la Cañada, y a continuación con el resto de municipios que se encuentran ubicados hacia el interior: La Eliana, La Pobla de Vallbona, Llíria… Ya en el año 1962, debido a los problemas que empezaban a surgir y que acabamos de exponer, en Sesión Plenaria del Ayuntamiento de Paterna se acordó que a partir del 1 de julio de dicho año, la despedida del duelo se realizaría frente al edificio de la iglesia Parroquial donde se hubiera de celebrarse la misa exequial, en lugar de en la calle mayor, a la altura de la casa de la tía Pepa la Sardinera (donde está actualmente ubicada la parada del autobús).

En virtud de todo ello, dado el incremento del tráfico rodado que atravesaba a diario la calle Mayor, y el perjuicio que se ocasionaba, se estudió la posibilidad de refundir todas las procesiones de las distintas cofradías, que se celebraban en las mismas fechas, en una sola, para que el impacto sobre el tráfico de vehículos fuese menor. Y así, según me informa D. Vicente Cotolí Ibáñez, el día quince de agosto de 1965, en solemne procesión, desfilaron, por el siguiente orden de aparición, que fue el de antigüedad, las siguientes imágenes: en primer lugar, la imagen de la Virgen de Fátima. En segundo lugar la imagen del Perpetuo Socorro. En tercer lugar, la imagen de la Virgen del Carmen. En cuarto lugar, la imagen de la Virgen de los Desamparados. En quinto lugar, la imagen del Sagrado Corazón de Jesús Y en último lugar, la imagen de la Virgen de la Asunción, cada una de ellas acompañadas de sus respectivas Juntas Directivas, así como de feligreses de las distintas parroquias de nuestro municipio. El resto de procesiones, dada la fuerza litúrgica que tenían, como era la del Corpus Christi o la de San Pedro, patrón de la Villa de Paterna, siguieron celebrándose en la fecha que les correspondía.

El recorrido de dicha procesión, de acuerdo con lo solicitado y que trazamos en el plano adjunto, fue el siguiente: Salida de la Iglesia a la calle del Maestro Canós, parte izquierda de la Plaza Mayor, por la plaza de Santa Teresa y calle de San Salvador, a enlazar con la vuelta de la procesión ordinaria. Es decir, continuaba por la Plaza de San Roque, calle de Eduardo Dato, Plaza del Pozo, Calle San Vicente, Calle San Pedro, hasta llegar a la actual plaza del Pueblo para entrar a la Iglesia de San Pedro Apóstol. Con este recorrido se pretendía evitar en la medida de lo posible pisar lo menos posible la calle Mayor, eje de la comunicación rodada de nuestro municipio.

Este tipo de procesión de carácter comunitario, fue una idea bonita, pero que no terminó de cuajar por diferentes motivos. Por un lado, por problemas logísticos, ya que no existían andas suficientes para transportar todas las imágenes. De hecho, hubo alguna que se prestó por parte de la parroquia hermana de Benimámet, para que pudieran participar todas las imágenes en dicha procesión con la dignidad que se requería. Por otro lado, por problemas de organización, ya que las personas que pertenecían a la directiva de una cofradía, también lo eran de dos o tres más, de forma que no podían procesionar todas las cofradías con todos los miembros de sus directivas. Todas estas circunstancias hicieron pues, que se continuara celebrando de forma ininterrumpida durante dos o tres años, no más, en que dejaron de desfilar las diversas imágenes y pasó a hacerlo solamente la imagen de la Virgen de la Asunción, por parte de las clavariesas de agosto, continuando con la tradición de su fiesta. El resto de procesiones, excepto las de carácter parroquial, dejaron de llevarse a cabo de la forma en que se habían conocido hasta entonces, pasando a celebrarse solamente la solemnidad de su fiesta mediante misa mayor.





viernes, 7 de agosto de 2015

Paterners de Paterna. Enric Gil.

Hi ha persones a les que coneixes quan eres menut i que, una volta que ja no estan entre nosaltres, és quan un descobreix la seua verdadera personalitat i la seua rellevància. El cas d'Enric Gil per a mi ha segut un d'eixos. Va nàixer el 5 de juliol de 1934 a Paterna, al si d'una família senzilla i del poble de la que va heretar la seua capacitat de treball. Ja des de ben menut, va conèixer el que era el treball manual a l'horta com a jornaler. Era l'època de la postguerra, amb precarietats i necessitats. Va ingressar al seminari Metropolità de Montcada als catorze anys, on va cursar teologia i filosofia durant els dotze anys preceptius. Va ser ordenat prèvere el 26 de juny de 1960. El seu primer destí com a pàrroc va ser a l'església de la Puríssima Concepció de Segart. Després va estar a Cuevas de Utiel i Corrales de Utiel, Quartell i Benavites. De la comarca de les Valls va passar a l'Horta, a Quart de Poblet - Aldaia com a vicari de la Parròquia del barri del Crist. Va exercir també com a vicari a Sant Ramon, Xirivella i finalment com a adscrit a la parròquia de Maria Immaculada de Vera-Carrasca. En tots ells va involucrar-se en un compromís amb els més marginats, amb una gran sensibilitat social cap als més pobres, amb una firme opció de viure amb els més necessitats. "La liberación quiere decir la redención de los hombres no solo después de la muerte para decirles «confórmense mientras vivan». No. La liberación quiere decir que no exista en el mundo la explotación del hombre por el hombre"*, va dir Monsenyor Romero a una homilia seua a finals dels setantes. I eixe era el compromís d'Enric, que el va dur a militar al Moviment Rural Cristià de la JARC, participant en la defensa dels drets dels treballadors rurals, i en el Moviment Cristià per al Món Obrer de la HOAC, moviment del qual va ser consiliari. Va cooperar també amb els Moviments d'Objecció de Consciència i va intervindre com a voluntari al "Proyecto Hombre". També va desenrotllar tasques importants dins del moviment ciutadà a aquelles parròquies on va exercir el seu ministeri.

 
Hi ha que destacar la seua coherència entre allò en què creia i predicava i la seua vida personal. Va ser rector obrer i va treballar a oficis diversos als quals va compartir les mateixes condicions de vida de treball dels demés treballadors, com a agranador, obrer i en últim lloc a una empresa d'alimentació d'on fou despatxat al 1992 per la defensa dels drets dels treballadors com a delegat sindical i militant de la CGT. Com a membre consiliari de la HOAC va defensar sempre els drets dels treballadors a les diferents reunions que al si del moviment es duien a terme on no sempre es tenien en compte les propostes en favor dels treballadors, la qual cosa li produïa algun que altre disgust. Però encara que a l'estructura jeràrquica de l'església podria considerar-se-li com a l'ovella díscola, sempre va estar dins de l'ordre de la jerarquia eclesiàstica, així com va ser una persona molt volguda i admirada pels seus companys sacerdots.

 

La seua estima pel seu poble feia que cada any tornara per Paterna per a festes del Crist on, especialment, era el qui solia dir la missa de Descoberta. No deixa de ser curiós el fet que les paraules que es diuen immediatament després de la Consagració per part del sacerdot són "Este és el sagrament de la nostra Fe", Ell deia "Este és el Sagrament de la nostra solidaritat", en comunió amb tots els treballadors de tota la terra.

Ens va deixar el 7 d'agost de 2002. El seu soterrar a l'església de Santa Rita de Paterna fou una manifestació d'agraïment infinit a la seua persona, a la seua bonhomia i a la seua trajectòria de vida sempre en defensa dels més desfavorits de la nostra societat. El 8 d'octubre de 2003, l'Ajuntament de Paterna li va concedir la Insígnia d'Or a títol pòstum, en reconeixement dels seus valors de justícia, compromís i solidaritat, des de l'òptica de l'Evangeli.

Les persones passen. Però els seus fets perduren. I des d'estes senzilles paraules volem manifestar el nostre reconeixement i la nostra admiració personal cap a Enric Gil.



 *Homilia 25 de novembre de 1977, I y II, p. 342.